domingo, diciembre 20, 2009

Podemos arreglarlo

Hay un tema de The Beatles, compuesto por Paul McCartney y John Lennon en un aparentemente “raro” ejemplo de colaboración entre ellos, que tiene por título “We can work it out”, o sea el mismo título con el que se ha bautizado esta columna.

Parece que McCartney, en las estrofas de su autoría, le decía a una novia que se alejaba de él para seguir su carrera teatral, que podían arreglarlo si ella viese las cosas como él lo hacía. El poema que da letra a la canción, con algunas frases de Paul y otras de John, dice algo así:

“Trata de verlo a mi manera.
¿Tengo que seguir hablando hasta que no pueda más?
Mientras lo ves a tu manera,
corremos el riesgo de darnos cuenta que nuestro amor pronto se perderá.

Podemos arreglarlo.
Podemos arreglarlo.

Piensa lo que dices.
Puedes estar equivocada y aún así pensar que tienes razón.

La vida es muy corta, y no hay tiempo
para discutir y pelear mi amigo.
Yo siempre pensé que es un crimen,
por eso te vuelvo a decir.
Trata de verlo a mi manera…
…”

La escuché miles de veces, la leí, la pensé, la repensé, y no puedo sacarme de la cabeza el pedido que percibo como excluyente: “trata de verlo a MI manera”.

No es mi intención criticar la letra, ya que al hacerlo sin contar la historia completa la estaría sacando de contexto. Tendría que haber vivido la situación para saber si lo que voy a decir aplica a Paul y a su novia o no, por lo tanto no es para con ellos.

Lo cierto es que la mayor parte de la gente que escucha la canción tampoco vivió la historia, y por lo tanto sólo le llegan las palabras; siendo así, lo que no me termina de convencer, como para que sea tomado literalmente, es el pedido de ver las cosas desde un punto de vista –el del que pide– a cambio del otro, en lugar del otro.

Somos expertos en decirles a los demás cómo por ver las cosas como las ven es que se equivocan. Tal vez no lo seamos tanto en meditar si nuestro punto de vista no será el errado.

Yo veo las cosas desde mi punto de vista, desde allí es que decido, pienso, juzgo. Usted ve desde su punto de vista, y desde ese lugar hace lo mismo que yo. No está mal, así es. En algunas cosas coincidimos y en otras no.

En las faltas de coincidencia nos podemos pedir “mirarlo” desde otro punto de vista, pero mirar es una cosa y ver es otra. No sé si puede realmente ver desde un punto de vista ajeno. De cualquier forma, lo que no deberíamos es pedir reemplazar una visión o una mirada por la otra, eso es asumir que el otro está completamente equivocado y que la propia visión es la verdad absoluta.

Soy de los que está “brutalmente” de acuerdo en tratar de ponerse en el lugar de la persona con la que se interactúa, sobre todo si estamos en desacuerdo; pero no para “dejar” de ser yo y transformarme en esa otra persona, sino para hacer el esfuerzo de intentar pensar como el otro, para tratar de percibir las diferencias, no necesariamente para tener que perderme en una mirada o en un pensamiento ajeno.

Mi punto de vista debería poder enriquecerse con la mirada del otro, y viceversa, no necesariamente intercambiarse. No debería ser un: “lo tuyo o lo mío”. ¡Basta de maniqueísmo! ¡Basta de exclusión!

Harta la gente que cree tener razón y considera, por lo tanto, que el único problema es que los demás aún no vieron las cosas desde su punto de vista. Puedo decir esto, desgraciadamente, porque en gran medida yo soy así. Lucho para morigerar los efectos de mi tozudez y falta de perspectiva, y percibo inmediatamente en otros esos mismos defectos que a mí me cuesta tanto dominar (proyección, según mis amigas psicoanalistas).

Por eso me planteo muy seguido: que tal pensar en crecimientos, en mejoras de los puntos de vista. Que tal si uniendo los dos puntos de vista, como en geometría, trazamos una línea que sea más que dos puntos individuales. No digo que sea fácil, acabo de confesar que a mí me cuesta, pero eso no me desanima a seguir intentando.

Que tal si cada uno mantiene su punto de vista pero comparte la visión del otro en esta línea que se acaba de formar, y se busca una solución que sea más y mejor de lo que las soluciones individuales pudiesen haber sido. Basta de MI punto de vista o TU punto de vista. Que la línea represente NUESTRO (nuevo, recién nacido, sinérgico) punto de vista, que la línea una puntos de vista.

Vivo en una ciudad moderna (tal vez) y conflictiva (eso sin duda). Cortes de calles, inseguridad, protestas, violencia verbal en los medios... Todos puntos de vista individuales que quieren ser tenidos en cuenta sin hacer nada por los demás. Mayorías que ganan y gobiernan como si nadie más existiese, y minorías que paran la ciudad o traban cualquier iniciativa porque su punto de vista no es tenido en cuenta. Ninguno busca un punto intermedio, ninguno dibuja “líneas” entre los puntos de vista. Tiranos unos y los otros, en eso sí coinciden. Se habla de consensos, siempre y cuando se haga lo que cada uno quiere (imposible). Se habla de propuestas superadoras (retórica pura que sólo pretende cambiar una opinión por otra, generalmente incompatible).

Aunque si lo pienso dos veces me doy cuenta de que no es mi país y mi ciudad solamente, es un poco el mundo así también, con los subsidios agrícolas que distorsionan mercados, y el calentamiento global que parece importar sólo en las conferencias, y las deudas externas, y el desarrollo de los países que no se desarrollan, y la ayuda humanitaria que no llega, y la que sí llega pero después de la guerra estúpida creada por el mismo que lleva la ayuda, etcétera. Allí también hay sólo puntos de vista y no líneas, allí también hay retórica barata y poca geometría de unificación. ¿Podremos arreglarlo?

Reflexionando sobre esto se me ocurrió que no sólo valdría la pena pensar en la geometría bidimensional. Que tal si pensamos en el espacio, si le damos "volumen" a nuestro pensamiento. Que tal si incorporamos los puntos de vista de los que vienen a vivir el mundo que les estamos destruyendo: nuestros hijos y nietos. Que tal si cuando decidimos ya no sólo lo hacemos egoístamente pensando en nuestro punto de vista; si además agregamos otros de “prójimos”, cercanos y lejanos, y trazamos líneas; y además, como si esto fuese poco, incorporamos los de los que van a venir y entonces dibujamos planos, figuras…

¡Utopías!… utopías mías… ¿o no?... ¿podremos arreglarlo?

Sí podemos, pero antes tendríamos que decidirnos. Eso sí, por favor, no lo vean desde mi punto de vista solamente. Compartamos puntos de vista, empecemos a trazar líneas.

J. R. Lucks





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1 comentario:

Gustavo Ghisalberti dijo...

Como siempre, magnífico análisis a partir de una letra de The Beatles. Y es verdad que esa postura encierra un peligro, ya que Paul McCartney es (o al menos en esa época era) así: bastante autoritario y tozudo (de hecho, muchos creen que esa postura llevó a la disolución del grupo o al menos profundizó las diferencias). Pero lo importante es la refelxión que este pequeño hecho artístico ha generado, y sirve para ver cuán difícil es tratar de ponerse en el lugar del otro (si no imposible) pero que hay que seguir intentándolo, para no ser aquello que tanto denostamos: intransigentes, totalitarios o descalificadores. La tarea es lograrlo sin por ello dejar de ser nosotros mismos, porque ahí estará la clave para que esa mirada sirva para la construcción mutua ante una situación conflictiva. Empatía no significa en absoluto concesión. Creo que esa es la moraleja (uy, qué palabra tan antigua se me escapó) de la nota: "Ver" al otro sin salir de uno: así realmente podremos solucionarlo. Excelente, JR.