viernes, marzo 11, 2011

Y porqué no a partir de hoy (parte III)

… continúa de la columna anterior…

Decisiones, y no las del tema de ese nombre que canta Rubén Blades (también duras de tomar).

Sin duda, es una decisión importante el momento en el que se empieza a volver del viaje de ida… ¿y si no se decide volver que pasa, no se vuelve? Sí… sí. Se vuelve igual, nada más que se desaprovecha la vuelta.

El amigo Cortez nos sigue cantando sobre el asunto, al menos sobre lo que a él le parece.

“Si a partir de mañana decidiera vivir la mitad de mi muerte
o a partir de mañana decidiera morir la mitad de mi vida,
a partir de mañana debería aceptar, que no soy el más fuerte,
que no tengo valor ni pudor de ocultar mis más hondas heridas”.

Ahora sí, en esta estrofa se nos propone con claridad qué es morir la muerte y vivir la vida. Esto es, para el autor, aceptar que no se es el más fuerte… esto es no tener el valor ni el pudor de ocultar las heridas.

“Si a partir de mañana decidiera vivir una vida tranquila
y dejara de ser soñador, para ser un sujeto más serio,
todo el mundo mañana me podría decir: ‘se agotaron tus pilas,
te has quedado sin luz, ya no tienes valor, se acabó tu misterio’”.


Por el contrario entonces, vivir la muerte y morir la vida es “vivir una vida tranquila”, dejar de soñar y ser serio; no tener más pilas, ni luz, ni valor, ni misterio.

Decisiones. Ser serio versus ser soñador. ¿O se podrá soñar seriamente? Vivir una vida “agitada” y ocultando heridas, ¿o vivir una vida tranquila y sin ocultar nada, pero con el valor de seguir produciendo luz para nosotros y para otros?

Brutales preguntas para hacerse. Decisiones fundamentales que tomar; porque lo peor que puede pasar, desde mi punto de vista, es que el tiempo pase sin que hayamos escogido qué hacer.

No sé con certeza (ni pretendo convencer a nadie) si Cortez tiene razón o no. Si lo que plantee al principio de esta columna es o no más adecuado; o si debería yo escuchar más versiones para llegar a una conclusión. El asunto es pensar. El asunto es tomar esta maravillosa letra y usarla para reflexionar y decidir cómo encarar el resto del tiempo que a cada uno nos queda (aparte de disfrutarla por el oído); porque de lo que sí estoy seguro es de que vivir en automático, sin plantearse al menos algunas de estas cosas, con certeza no tiene ni luz, ni misterio, ni valor, ni pilas, ni…

Me gusta pensar que cada día es una vida, que cada día se puede ser más y mejor persona; que cada día es una oportunidad para “darle para adelante”, a pesar de saber que no se es el más fuerte. En esta parte de mi vida –sin dudas la segunda– no dudo ya que cada día es un misterio, y vivirlo es desentrañarlo para “ofrecerse” al siguiente.

Por eso, no sé realmente si tenga que esperar hasta mañana. Si quiero empezar a vivir la mitad de mi vida (la que me queda por delante sea o no cronológicamente igual a la primera parte), luego de haber tomado la decisión de cómo hacerlo… ¿porqué no hacerlo a partir de hoy?

lunes, enero 31, 2011

Y porqué no a partir de hoy (parte II)

… continúa de la columna anterior…

La primera estrofa de “A partir de mañana”, de Alberto Cortez, me puso a pensar en muchas cosas; por ejemplo me puso a tratar de ubicar ese punto de inflexión en el que, según la letra, se comienza a volver del viaje de ida.

Sin necesidad de haber encontrado respuesta a la pregunta inicial, también me puso a “decidir” qué era para mí esto de vivir la vida y de morir la muerte… Pero, como el propio Cortez nos “habla” de algunos de esos temas en el resto de la letra, me puse a leer más versos y también a pensarlos.

La segunda estrofa, por ejemplo, pareciera estar destinada a poner un poco de claridad en el asunto de la vuelta del viaje. Dice así:

“A partir de mañana empezaré a vivir una vida más sana,
es decir, que mañana empezaré a rodar por mejores caminos;
el tabaco mejor y también por qué no, las mejores manzanas,
la mejor diversión y en la mesa mejor, el mejor de los vinos”.


Interesante. El a partir de mañana se describe como: vivir una vida más sana y rodar por mejores caminos. La cuestión me cautivó, por la ironía tal vez, o porque me gusta ver las cosas de esa forma. Y nuevamente las preguntas para pensar:

¿Es vivir bien la segunda mitad de la vida vivirla más sanamente?, ¿o sea que vivir bien la primera es excederse o maltratarse? ¿Por qué en la segunda parte de la vida –cuando se muere la segunda parte de la muerte– se ha de andar por mejores caminos?, ¿será porque la primera hay que vivirla andando por malos? ¿Será morir la segunda parte de la muerte alejarla, posponerla?, y por lo tanto vivir una vida más sana servirá para no atraer a la parca más de lo necesario… más de lo que se la haya seducido tal vez muriendo la primera parte de la muerte, cuando se vivía la primera mitad de la vida.

No es mi intención “criticar” la letra, al contrario, pensarla abiertamente; por eso cuestiono: ¿somos así como sugiero en las preguntas?, ¿vivimos sin cuidado y nos cuidamos para morirnos?

¿Es realmente vivir una vida más sana el mejor tabaco y los mejores vinos?, ¿diremos que son mejores cuando sean mejores para la salud, o mejores porque nos “pegan” más fuerte? ¿Son las mejores manzanas las mejores tentaciones?, y de ser así ¿son mejores las tentaciones que más tientan, o las que con menos esfuerzo se satisfacen?, ¿las que hacen más daño, las más caras, las más complejas o rebuscadas… o las más simples y básicas como la risa franca, el amor espontáneo y cosas por el estilo?

Maravillosa estrofa para reflexionar, para abrir la cabeza, para opinar y opinarse, para decidir cómo se quiere vivir y morir.

No pareciera tener nada que ver con mi planteo de dejar un poco de mirarse y vivirse a uno mismo, para empezar a vivir con otros; dedicando partes de nuestra vida a ellos, y dejándonos influir, modificar; muriendo tal vez un poco a nosotros para dejarnos “vivir” (en el buen sentido) por los otros, y obviamente viceversa.

¿Es así?, ¿no tiene nada que ver?, ¿o sí?... Juntando ideas: ¿es la mejor diversión y la mesa mejor la individual, o la compartida?; y si fuese la compartida, entonces, los mejores tabacos, vinos, manzanas y tentaciones, ¿no serán en vez de los más caros o los más fuertes los que se con-viven, los que se com-parten?

¿Será la primera mitad la vida la de conseguir y la segunda la de compartir lo conseguido? ¿Se podrán vivir las dos juntas?, o será la simultaneidad algo impracticable; y no porque dependa de un reloj o calendario, sino porque no se deja una parte y se comienza la otra hasta que cierto nivel de “madurez” permite tomar una decisión al respecto.

…continuará…