domingo, abril 12, 2009

Ser sólo gato es triste.

Pablo neruda escribió una vez un poema al cuál puso por título: “Oda al gato”(1). Su segunda estrofa dice así:

El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.


Y siempre que lo leo me pregunto: más allá de los verdaderos gatos, ¿quedarán gatos en este planeta?

¿Habrá alguien que quiera ser lo que es y nada más?, alguien que no piense en inflarse los labios, relleranse alguna parte del cuerpo, ser más alto, o más bajo, o más flaco, o más musculoso, etcétera, etcétera.

El gran pecado de la actualidad es no querer nada… ser gato. Si no se quiere nada, si no hay nada que comprar, ningún servicio o tratamiento que adquirir, ningún libro de autoayuda que leer… nada… si no se quiere nada: se es nada; al menos para el mercado.

¿Será así? ¿Nos habremos transformado en inconformes constantes, o nos habrán transformado en eso?

Pero, por otro lado, no está mal querer mejorar, querer ser más. No me refiero a inflarse los labios o comprarse una faja reductora, me refiero a estudiar, a progresar. No querer ser lo que uno es, porque se puede ser más de lo que uno es.

El motor de la humanidad han sido los ideales de mejora, que no siempre nos han mejorado, pero que de todas formas nos llevan hacia adelante aunque más no sea en zig-zag.

Entonces, ¿es bueno o es malo ser como el gato de Neruda? Depende. A mi los gatos no me gustan, así que prefiro ser como el hombre del poema que quiere nadar y volar; o como el ingeniero, que aparte quiere ser poeta.

El gato de Neruda parece estar orgulloso de ser lo que es, y nada más. No está mal ser orgulloso de lo que uno es y ha logrado, pero: ¿por qué nada más? ¿Por qué no pretender algo más sin dejar de ser, o disfrutar lo que se tiene?

Estoy hablando del tan mentado punto de equilibrio. Muchísimo más difícil de encontrar que otros puntos famosos, como el G.

Querer más pero no inútilmente. Querer ser otra cosa pero no sólo por vanidad. Querer mejorar en verdad, no solamente aprarentar mejoría.

El poema de Neruda comienza insinuando que el gato sólo quiere ser lo que es porque: “nació completamente terminado, camina solo y sabe lo que quiere”. Me resulta triste.

El hombre no nace terminado, tiene el derecho y la obligación de terminarse, eso se llama vida, y cueste lo que cueste es lo divertido de andar dando vueltas por este mundo.

El hombre no camina solo… no puede… no debe. El hombre se acompaña, y eso hace la vida mejor, más completa, más rica, más entretenida… más vida.

El hombre no sabe lo que quiere. Es verdad que eso angustia un poco, pero es que el hombre es libre de querer lo que sea, y en esa infinitud de cosas y destinos que puede querer, es que no sabe lo que quiere hasta que se decide a querer algo, eso es lo fenomenal de ser libre, y de ser hombre.

Menos mal que no somos como los gatos, sería más fácil tal vez… pero creo que sería triste.


J. R. Lucks



Referencias:
(1) “Oda al Gato” es un poema de Pablo Neruda incluido en su obra Navegaciones y regresos, publicado por Editorial Losada, en1959.



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