jueves, septiembre 13, 2007

13-09-07. Cuando pensabas que no te veía, aprendí todo

Como el martes fue el día del maestro, no quise dejarlo pasar, y me pareció bueno compartir cosas que tiene que ver con las enseñanzas, con los maestros, y asuntos por el estilo. Así que traje algunos cuentos, el primero (a) dice así:

Cuando pensabas que no te veía, te vi pegar mi primer dibujo en la heladera, inmediatamente quise dibujar otro.
Cuando pensabas que no te veía, te vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, y entendí que las pequeñas cosas son las especiales.
Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos, sanos y enfermos, y aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos los unos a los otros.
Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo para ayudar a personas que no tienen nada, y aprendí que aquellos que tienen algo, hacen bien en compartirlo con los que no tienen.
Cuando pensabas que no te veía, te vi cumplir con tus obligaciones, aún cuando no te sentías bien, y aprendí que debo ser responsable.
Cuando pensabas que no te veía, vi lágrimas salir de tus ojos, y aprendí que algunas veces las cosas duelen, y que no está mal llorar por lo que nos importa.
Cuando pensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber, para ser una buena persona cuando crezca.
¡Gracias por todas las cosas que vi, cuando pensabas que no te veía!

Es importante lo que los chicos ven cuando pensamos que no nos ven. ¿No?, y no sólo aplica para padres, a pesar de que este cuento está más orientado a parientes que a maestros formales. Aún así, los maestros formales también hacen cosas cuando ellos creen que los chicos no los ven, así que a cuidarse. El asunto es que los chicos aprenden de lo que hacemos más que de lo que les decimos, por lo tanto es fundamental nuestra forma de cumplir con las responsabilidades, nuestra forma de respetarlos como alumnos, nuestra capacidad de cumplir y de valorar lo relevante y no lo trivial, en fin, cosas que tanto maestros, profesores, y padres debemos considerar. En definitiva tener en cuenta lo importante. Así que traje otro cuento, muy corto, que pone de relieve qué es lo importante. Es un cuento de una piedra (b) y dice así:

Había una vez una piedra, y entonces:
El escultor la talló, y encontró dentro de ella una hermosa escultura.
El distraído, tropezó con ella.
El campesino, cansado, la uso para sentarse.
El violento, la tomó, y la uso para lastimar a otros.
El albañil la juntó con otras, y la utilizó para construir un hogar.
Y para los niños, fue algo con qué jugar y divertirse.
En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra, sino en el hombre.

Y eso es claramente lo importante, el hombre, y yo enfatizaría, los niños. Eso es lo imprescindible, lo verdaderamente valioso, lo que no se recupera cuando se pierde, lo que no hay derecho a desperdiciar, lo que tenemos obligación de nutrir de la mejor manera posible. Muchas veces perdemos esto de vista. Muchas veces creemos que lo importante de la educación es el aula, o el material, o los objetivos pedagógicos, o el buen nombre del colegio; y no, lo importante son los chicos. Lo demás es vanidad, o ambición, o interés personal, o simplemente desidia. En la educación, para los educadores, sean estos maestros, profesores, o padres, lo único importante deben ser los chicos. Esos personajes bajitos que usan las piedras para jugar.

En fin. No quiero irme sin dejarles un mensaje a los que estudian, así que para los alumnos, este cuentito cortito que sale de la escena de una película (c). Imaginen un aula universitaria, acaba de terminar la clase, los alumnos están saliendo mientras el profesor se queda acomodando, entonces, pasa lo siguiente:

Una señorita, vestida en forma bastante provocativa, entra en el aula cuando el resto de los alumnos sale. El profesor, que aún está borrando el pizarrón, la ve y trata de decirle que nuevamente ha llegado muy tarde. Antes de que él pueda soltar palabra, ella se anticipa y se disculpa. Reconoce ante el profesor saber que está en falta con la materia. Mientras habla, se sienta en el escritorio, cruza sensualmente sus piernas, y con sugestivo tono le dice al profesor, que estaría dispuesta a hacer cualquier cosa para aprobar. Cualquier cosa. El profesor, deja los libros que había tomado nuevamente sobre el escritorio, y se le acerca. La mira a los ojos, y con tono de incredulidad le pregunta:
-¿Cualquier cosa?
Ella, vuelve a enfatizar con voz melosa:
-¡Cualquier cosa!
El profesor se acerca aún más, y casi rozando con sus labios el oído de la incondicional alumna, muy suavemente, le susurra:
-Cualquier cosa, ¿cierto?... bueno… entones… estudiá.

A estudiar muchachas y muchachos. Y nosotros padres, maestros y profesores, a darle importancia a lo que sí vale, que son los chicos, que nos miran cuando nosotros pensamos que no nos ven.



J. R. Lucks



Bibliografía:

(a) Una versión más completa de esta lista puede encontrarse en la siguiente dirección web:
http://www.motivaciones.org/ctosecuandopensabasque.htm

(b) Una versión de este cuento puede hallarse en el artículo NEGOCIACION COLABORATIVA Y MEDIACION, publicado por Graciela Curuchelar en la siguiente dirección web: http://aainfancia.org.ar/leer.php/33

(c) Adaptación de una escena de la película La vida de David Gale, Guión: Charles Randolph, año 2003.





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