Vamos a recomendar lecturas, vamos a incitar a pensar, vamos a tratar de convidar con inquietudes, para salir aunque más no sea cinco minutos de la vorágine en la que vivimos, y corrernos un poquito a un lado para pensar.
¿Voy a sugerir cosas trascendentes?, seguramente que no. ¿Voy a recomendar libros o autores, porque ser yo un gran crítico literario?, no, porque no lo soy. ¿Entonces?... Entonces voy a tratar de compartir cosas que leí o escuché, y que me llamaron la atención, cosas que me sirvieron para pensar. Cosas que me ayudaron a ejercitar eso que tengo entre las orejas, y que el mundo en el que vivimos intenta desconectar con publicidades y ofertas de consumo predigerido. Como sugiere el título del programa, voy a tratar de hacer un Doble Click, ir un poquito más abajo, más adentro, más lejos.
Para mí pensar siempre fue divertido. Encontrar ramificaciones de ideas que no necesariamente sean obvias para todo el mundo. Crear mis propias conclusiones en vez de hacerle caso a slogans de marcas que solo me incitan a tomar acción sin reflexionar. No pretendo ser serio. Pretendo simplemente proponer un entretenimiento desde otro punto de vista.
¿Tienen que coincidir con lo que pienso? ¿Tienen que gustarles las propuestas que les hago? No necesariamente. Eso es lo bueno, si hay disenso es porque ya reflexionaron y pueden disentir. ¿No es bueno eso? Yo creo que sí, al menos eso me había propuesto.
Así que para empezar, en este primer programa, que no deja de ser un inicio a pesar de ser el programa setecientos veintitnatos(a), les propongo justamente esa palabra: Inicio.
Inicio viene del latín initium. Esta palabra podemos descomponerla en el prefijo in, que significa en, dando idea de lugar o de estado, y de itium, participio pasado de ire, o sea ir. Por lo tanto initium podría traducirse como: “ir a un lugar”; o: “entrar en” una determinada locación o estado, obviamente nuevo o distinto del cual se parte antes de este inicio. Igualmente, la palabra comenzar, viene de com, prefijo que significa con, o en conjunto, y conjugaciones del verbo initiare ya comentado.
Así que este comienzo, este inicio de Doble Click y de la columna, es un ir, en conjunto, a este nuevo lugar en el que estamos ahora y antes no estábamos.
Es interesante, porque es un viaje y los viajes siempre son atractivos. Así que me puse a buscar qué encontraba con esto del inicio, y lo primero que se me cruzó fue una frase de Goethe(1), filósofo alemán, que dice:
“Todo comienzo tiene su encanto.”
¿Qué cierto, no? Igual que un viaje. Ese encanto de ir a un nuevo lugar, a este lugar Doblecliqueado en el que entraremos juntos. Ese misterio de los comienzos. Cuando todo es promesa.
Es muy extraño que un comienzo no sea de una u otra forma encantador. En general los líos vienen después. Incluso, de allí, que ahora y cada vez más, nuestras sociedades sólo quieran empezar cosas: nuevos trabajos, nuevas relaciones, nuevas parejas, por lo encantador del comienzo. ¿Y qué pasó con el encanto de la constancia?, o será que no hay encanto en la constancia. Lo cierto es que tampoco es encantadora esta sociedad en la que casi todos los días empezamos algo nuevo, y no solidificamos lo iniciado. No se, da para pensarlo, lo dejo ahí.
Así que este Doble Click seguramente no será sólo un comienzo, será todo un camino, que hoy es encantador porque comienza, y luego lo será porque acompaña, y luego lo será porque madura, en fin, porque vive como se debe.
Pero bueno yendo a la literatura que prometimos, hay un libro de Romano Guardini(2), un escritor italiano que escribió por allá por la primera mitad del siglo XX, que se refiere a esto de lo encantador del inicio de la siguiente manera.
“La técnica que emplea la vida para con nosotros consiste en prometer mucho al principio, sobre todo, la época de la pubertad y de la juventud percibe esa promesa infinita –idealismo romántico que está presente en casi todos los jóvenes–. Con ella, el hombre se anima –queda seducido– para entrar en lo desconocido de la vida, para asumir sobre sí las obligaciones contenidas en la amistad, el amor, en la elección del trabajo”.
El libro en cuestión se llama Las Edades de la vida(3), y como su nombre lo indica lleva al lector por las distintas etapas que el hombre recorre en su vida. Cada inicio y, obviamente, las crisis al final de cada etapa. Momentos estos que sólo descubren un nuevo inicio, con nuevas promesas y su renovada cuota de encanto.
Así es que aquí los dejo por hoy, con esta recomendación del libro de Guardini. No importa a que edad se lea, tiene para todos. Como todos estamos siempre entre alguna crisis y algún inicio, vale la pena desde lo personal. Yo lo leí hace bastante cuando estaba a travesando la crisis de la mitad de la vida o la famosa crisis de los cuarenta, y sinceramente me ayudó a reflexionar sobre algunas cosas que me aquejaban ene ese momento. No es que tenga recetas mágicas, porque no hay recetas mágicas, pero son lecturas que le permiten pensar, y desde allí ensayar las propias recetas, o intentar cada uno su propia magia.
Los dejo también con el encanto de este comienzo, y con el deseo de que no sea sólo un inicio, que no sea sólo una promesa como sugiere Guardini, sino que sea una vida completa, con algunas crisis perdidas por allí tal vez, de esas que en general ocurren cuando la promesa se contrasta con la realidad, ¿por qué no?, si también forman parte de la vida, pero con la esperanza de ver a esas crisis como el cofre en el que se encierra un nuevo inicio, un nuevo viaje.
Como dice una hermosa frase que siempre debemos recordar en estas crisis posteriores a las promesas:
“Ninguna noche, por más negra cerrada y fría que sea, deja de terminar con un tibio amanecer”.
Un amanecer que en definitiva, es un inicio.
J. R. Lucks
Referencias:
(1) Johann Wolfgang Goethe: (28 de agosto de 1749 - 22 de marzo de 1832) novelista, dramaturgo, poeta, científico, geólogo, botánico, anatomista, físico, historiador de ciencias, pintor, arquitecto, diseñador, economista, filósofo humanista alemán y, durante diez años, funcionario del Estado de Weimar.
(2) Romano Guardini (Verona, 1885 - Munich, 1968) Teólogo católico alemán. Estudiante de química y de economía en Tubinga y en Berlín, cursó los estudios eclesiásticos y fue ordenado sacerdote.
(3) Las edades de la vida, Ediciones Cristiandad, 1981.
Notas:
(a) En el primer programa del ciclo de Doble Click en FM Identidad, Tomi hizo referencia a que si bien este sería el primer programa, a su vez era el número setecientos diecisiete, ya que el mismo había comenzado a ser emitido tres años antes por otra radio.
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